Pasan las horas, los días y las semanas ¡muy rápido! Así que cuando puedo hago alguna que otra escapada para conocer un poco más los alrededores de Concepción. La última escapada que hice fui con dos buenas amigas al Parque Nacional Conguillío que esta a unos 300km de donde vivimos, en la IX Región de la Araucanía. Aprovechando que era puente (o como dicen aquí sándwich) cogimos un autobús el viernes desde Concepción hasta Victoria y de allí hasta Curacautín, una ciudad muy cercana al parque. Por desgracia, en el primer autobús que nos llevó hasta Victoria me robaron 30.000 pesos (50 euros) y un reproductor de música Apple; me avisaron ya desde que llegué a Chile que los hurtos son frecuentes pero descuidada de mí no lo tuve en cuenta y me sucedió; bueno, lo material es perfectamente sustituible y los paisajes que pude ver después me aliviaron la tristeza. En un principio pensábamos quedarnos en Curacautín, en algún hostal, y organizar las rutas que haríamos en los días siguientes; preguntando precios conocimos a un hombre que se llama Antonio que trabaja en el hostal Epu Pewen y, además de explicarnos las rutas más interesantes de hacer, nos aconsejó que fuéramos a dormir al Camping Cascadas del Llaima ya que quedaba muy cerca del parque. Íbamos bien equipadas para el frío con sacos de dormir, abrigos, tienda de campaña y camping gas porque estando casi en invierno las temperaturas podían bajar hasta los 0 ºC; es más, en pleno invierno el parque suele estar cerrado. Así que, con muchas ganas de adentrarnos en la naturaleza nos recogieron los dueños del camping en Curacautín y lo abrieron para nosotras ya que en estas épocas ya no hay turistas. Hacía mucho frío por la noche pero fueron muy amables al dejarnos un quincho donde instalar la tienda de campaña y cocinar algo en la cocina de leña por 10.000 pesos la noche entre las tres.
Todo listo para al día siguiente, bien temprano, conocer el hermoso y espectacular parque Conguillío y hacer los senderos que nos habían recomendado. La Conaf (organismo que se encarga de proteger la zona) nos cobró la entrada al parque por 1500 pesos ya que somos residentes en Chile y es temporada baja, normalmente cuesta más dinero pero el lugar vale mucho la pena visitarlo. El primer día hicimos el sendero de Sierra Nevada, de 10km de distancia (6 horas en total) ascendiendo hasta la cordillera donde se puede ver el río Blanco, el Lago Conguillío y el volcán Llaima. Se empieza la caminata desde la Playa Linda, en el extremo este de la laguna Conguillío.
Laguna Conguillío |
Arte natural |
El paseo fue increíble ya que el primer trayecto del sendero fue atravesando bosques llenos de araucarias milenarias muy típicas de la cordillera de los Andes, de coigües, palos santos y múltiples hongos que resurgían del suelo y de los árboles, además de estar rodeadas de pájaros carpinteros que rompían dulcemente el silencio de la zona.
Bosques con historia |
Hongos habitantes de la zona |
Primer mirador del sendero Sierra Nevada |
Lindas vistas desde el segundo mirador |
Iba caminando por el sendero y de vez en cuando tenía que pararme para observar la grandeza del lugar, la vegetación parecía que llevara allí miles de años; árboles que hacia tanto tiempo que se habían caído que ya formaban parte del suelo y las copas de las araucarias tenían alturas increíbles. Incluso se denominó a este hermoso parque como uno de los últimos refugios del mundo en preservar el paisaje donde vivieron los dinosaurios.
Mis compañeras de paseo |
En realidad podías sentir el Newen, el contacto con la Tierra como seres que pertenecemos a ella, concepto clave en la cultura mapuche. Sí, el lugar para mí desprendía magia...
El sendero de Sierra Nevada deja ver muchos tipos de paisaje, así cuando vas ascendiendo la vista cada vez es más espectacular, de los bosques autóctonos a paisajes nevados y profundidad de montañas... Me dejaban con la boca abierta.
Y llegamos al tercer mirador de este precioso sendero...
Es un lugar para no olvidar...
¿Qué aprendió el árbol de la tierra para conversar con el cielo?
Pablo Neruda
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