Cada uno ve el mundo a su manera

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lunes, 6 de mayo de 2013

Adaptación y descubrimiento

Dos meses ya hace que llegamos a este lejano país, aunque lejano según donde uno se sitúe. Podemos decir que nos hemos adaptado bastante bien a su cultura, o podríamos decir también que nos han aceptado bien ellos a nosotros dentro de sus costumbres, es más ¿por qué una cultura no tendría que aceptar otra? Albert y yo viajamos más de 10.000 kilómetros no solo para conocer nuevos lugares del mundo (que también) sino con la finalidad de aprender en aquello que estudiamos, Trabajo Social. Por fin pudimos comenzar las prácticas de la carrera; digo por fin porque una característica básica de la gente chilena es la lentitud, tanto en lo social como en lo burocrático y profesional. En realidad sobre la lentitud chilena podría hablarse largo y tendido, aunque no pretendo atribuir ninguna etiqueta (siento si ya lo he hecho); pero no se trata de una lentitud que uno podría imaginarse en el caminar de un tortuga sino es una lentitud que a veces produce ineficacia; hasta los autóctonos reconocen este aspecto, "el ritmo chileno" que le llamamos; quedas a las 17h y aparecen una hora después, tienes reunión a las 10h y hasta las 11h no empieza... pero ¿quién soy yo para criticar los ritmos de la vida? aprendes de ello. Como decía, ya hemos podido tener contacto con aquellos sectores sociales que más nos interesan; en mi caso me asignaron las prácticas en un programa llamado PIIS (Programa de Intervención e Inclusión Social) que trabaja con el Tribunal Familiar de la comuna de Coronel (a 1 hora de Concepción) donde atiendo, junto con dos alumnas chilenas más, a familias en las que el juez ha dictaminado medidas de protección hacia los menores de edad, ya sea por maltrato, ordenes de alejamiento o puro seguimiento familiar entre otros temas un cierto delicados. No creí que el ámbito de justicia me fuera a llamar tanto la atención ni creí tener aquí la oportunidad de trabajar con niños/as menores de edad y para ser sincera no es nada fácil; te das cuenta de las muchas cosas que cambiarias y las pocas que quedan a tu alcance. Como dijo mi guía del programa “Vais a conocer el Chile profundo” y así ha sido. Me resulta complicado abordar ciertos temas por mi falta de experiencia en el ámbito pero tengo absoluta voluntad de ayudar en todo lo que pueda; sé que me ayuda a crecer como persona y como trabajadora social. Además debo adaptarme a las diferencias culturales y legislativas que en pequeña o gran medida dificultan mi actuación;  tengo fe en creer que el conocimiento se consigue con la voluntad de aprender y en eso estoy. Así que dos o tres veces por semana voy a Coronel y Lota en autobús para realizar visitas a domicilios y centros necesarios en las intervenciones.

A parte de las prácticas, ya hemos hecho más de una excursión con toda la gente extranjera que ha venido a estudiar aquí; por ejemplo, a mediados del verano chileno (marzo), fuimos a la playa de Tomé que está a unos 30km de Concepción. El Pacífico te enfría hasta las pestañas cuando intentas bañarte en sus aguas...


Disfrutando de la compañía internacional

Otra pequeña excursión que hicimos fue a ver los Saltos de Laja, impresionante cascada de 40 o 50 metros de altura... 





Cuando tenemos unos días libres intentamos siempre organizar alguna salida por los alrededores de Concepción con todos los del intercambio; aunque no siempre vamos juntos ya que poco a poco cada uno va cogiendo su camino... La siguiente excursión que hice fue con unos pocos amigos de aquí a Cobquecura, donde querían probar de hacer algo de surf aprovechando el fuerte oleaje de la zona. En la playa de Cobquecura está la famosa Iglesia de Piedra, un lugar espectacular y sin apenas turismo; acampamos en el interior de la iglesia con una buena fogata y el sonido del mar, autentico relax. 






Al día siguiente nos enteramos de que era peligroso dormir dentro de la iglesia ya que el oleaje suele inundar bruscamente el interior y hacía poco tiempo había desaparecido una pareja que visitaba el lugar. Ignorantes de nosotros rozamos la peligrosidad...





Cuando canta el azul del agua como huele el rumor del cielo?
Pablo Neruda

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